martes, 20 de marzo de 2012

Volvamos a sentirnos niños.

Crecemos. Aprendemos. El agua moja, el pescado está asqueroso, fastidiar a tu hermano menor es un deber, cuando juegas con fuego te quemas, decir mentiras está mal... y las matemáticas se encargan de poner el resto de problemas. Pero crecemos. Y cuando la inocencia se va, la ilusión ya no es lo que era. Y por qué. ¿Por qué la responsabilidad tiene que hacer que lo veamos todo medio vacío? Igual que los tortazos en bici no te quitaban las ganas de volver a montar, o que buscar caramelos en la cocina a escondidas sólo nos aumentaba la emoción por el riesgo de que te pillaran... Deseemos cosas imposibles, intentemos lo improbable.

2 comentarios:

  1. Cielo, tu blog también está genial, te sigo. Un besazo.

    ResponderEliminar
  2. Lena, perdona, ¿como se pone eso para que no te puedan cojer imagenes ni copiar los textos?

    ResponderEliminar